El término “unicornio” se refiere a una empresa emergente privada que ha alcanzado una valoración de al menos 1.000 millones de dólares. El término fue acuñado en 2013 por la inversora de capital riesgo Aileen Lee y, desde entonces, se ha convertido en un símbolo de éxito e innovación en el sector tecnológico.
En los últimos años, América Latina ha surgido como un semillero de startups unicornio, con una serie de empresas que alcanzan la marca de valoración de mil millones de dólares. Según un informe reciente de CB Insights, actualmente hay 14 unicornios en América Latina, con una valoración combinada de más de 50.000 millones de dólares.
Estos unicornios están repartidos por toda la región, con Brasil y México a la cabeza en cuanto al número de empresas emergentes. Brasil, en particular, ha surgido como un actor clave en el ecosistema de startups de América Latina, con siete unicornios con sede en el país. Entre ellas se incluyen empresas como Nubank, un banco digital que ha revolucionado el sector bancario tradicional, y Gympass, una plataforma de salud y bienestar que ha crecido rápidamente hasta convertirse en líder mundial en su sector.
México, por su parte, cuenta con cuatro unicornios, entre ellos la startup fintech Clip y la plataforma de entrega bajo demanda Rappi. Otros países de la región con startups unicornio son Argentina, Colombia y Chile, cada uno con una o dos empresas que han alcanzado la marca de valoración de mil millones de dólares.
¿Qué está impulsando el crecimiento de estos unicornios en América Latina? Hay varios factores en juego. En primer lugar, la región cuenta con una clase media numerosa y creciente, cada vez más conocedora de la tecnología y abierta a nuevos productos y servicios digitales. Además, en la región hay un grupo cada vez mayor de personas con talento y espíritu emprendedor, que están aprovechando la tecnología para crear empresas innovadoras y disruptivas.
Al mismo tiempo, también existen retos a los que se enfrentan estas empresas. América Latina es una región con un entorno empresarial complejo y a menudo impredecible, con retos regulatorios y políticos que pueden dificultar que las nuevas empresas escalen rápidamente. Además, existen desafíos de infraestructura, como el acceso limitado al capital y al talento, que pueden obstaculizar el crecimiento de estas empresas.
Sin embargo, a pesar de estos retos, las perspectivas para los unicornios en América Latina siguen siendo positivas. Muchas de estas empresas operan en industrias que están maduras para la disrupción, y están aprovechando la tecnología para crear soluciones innovadoras que satisfacen las necesidades de los consumidores en la región. A medida que el ecosistema de startups en América Latina continúa madurando, es probable que veamos surgir más unicornios en los próximos años.